Monday, November 24, 2008

PROBLEMÁTICA AMBIENTAL

Los manglares están desapareciendo en el mundo a una tasa del 1 al 2% por año, una velocidad mayor o igual que la desaparición de los arrecifes coralinos o los bosques tropicales. Según un informe de la FAO, el área total de manglar en el mundo disminuyó de 18,8 millones de hectáreas en 1980 a 15,5 millones de ha en 2005 (3,6 millones de ha, 20% del área total ocupada por estos ecosistemas)[1].

A pesar de los llamados acerca de manejarlos sosteniblemente, estos ecosistemas continúan degradándose. Por ello, actualmente la gestión de los mismos se ha enfocado en la restauración ecológica y la conservación de los remanentes menos degradados a lo largo del mundo.

Existe mucha información tanto de la degradación de los manglares como de las estrategias de gestión ambiental implementadas. Sin embargo, esta se encuentra dispersa, lo que dificulta su uso dentro de la gestión ambiental y su adaptación para casos locales.

[1] FAO. 2007. The World’s Mangroves 1980 – 2005: A thematic study prepared in the framework of the Global Forest Resources Assessment 2005. Roma; 2007. 89 p.

GENERALIDADES

DEFINICIÓN

Según Kathiresan & Bingham[1], los mangles son especies de plantas leñosas que crecen en la interfase de la tierra y el mar. Dichas plantas y sus microbios, hongos, plantas y animales asociados, constituyen la comunidad de los bosques de mangle o manglares. Los manglares y sus factores abióticos asociados constituyen los ecosistemas de manglar.

La riqueza de especies disminuye de un pico máximo de 30 especies (a los 15° de longitud) en el Sudeste de Asia hasta menos de cinco especies en el Caribe[2]. En el mundo, existen cerca de 54 – 70 especies (incluyendo híbridos) distribuidas en 20 – 27 géneros y 16 – 19 familias clasificadas como manglares (los valores más bajos de acuerdo a Tomlinson y los más altos según Cronquist y Duke citados por Ellison & Farnsworth 2001).

DISTRIBUCIÓN

Estos ecosistemas se encuentran distribuidos en las zonas tropicales y subtropicales, generalmente entre las latitudes 30° norte y 30° sur[3], y donde la temperatura mínima promedio mensual sea 20°C[4]. Hacia el norte sus límites se encuentran en Japón (31°22’ N) y en Bermuda (32°20’ N), y en el sur en Nueva Zelanda (3803’ S), Australia (38°45’ S) y en la costa este de Sur África (32°59’ S; Spalding 1997, Yang et al 1997).

Distribución global de los ecosistemas de manglar. Tomado de: McLeod, E & Salm, R. Managing Mangroves for Resilience to Climate Change (2006).IUCN, Gland, Suiza. 64pp.

Los manglares se presentan según Kathiresan & Bingham en 112 países y territorios[5], mientras que Duke et al[6] y la FAO[7] afirman que se encuentran en 120 y 124 países respectivamente. Los estimativos de su extensión varían desde 10 millones de ha (Bunt 1992), 24 millones de ha (Twilley et al 1992), 14 – 15 millones de ha (Schwamborn & Saint-Paul 1996) y 18 millones de ha (Spalding 1997).[8] La FAO, estimó una extensión de 18,8 millones de ha en 1980, que disminuyó a 15,2 millones de ha en 2005.

Según la FAO[9], las mayores extensiones de manglares en el mundo se encuentran en Asia (6.047.798 ha en 2002), seguidas por África (3.242.754 ha en 1997), América del Norte y del Centro (2.358.105 ha en 2000) y finalmente por Sur América (2.037.764 ha en 1992) y Oceanía (2.018.537 en 2003). De acuerdo al informe presentado por la FAO, cinco países (Indonesia, Australia, Brasil, Nigeria y México) suman el 48% del área total de manglares, y el 65 % de ésta se encuentra en sólo 10 países. El 35% restante está repartida en 114 países, de los cuales 60 tienen menos de 10.000 ha de manglares.

En Colombia, según el Informe del Estado de los Ambientes Marinos y Costeros del 2004, los manglares tienen una extensión de 380.634 ha, de las cuales 292.726 ha se encuentran en la costa pacífica y 87.908 ha en la costa caribe[10].

ADAPTACIONES

Las especies de manglar exhiben varias formas de vida que reflejan la diversidad de sus orígenes, presentándose palmas, arbustos y helechos. Así mismo, éstas presentan una serie de fisionomías que reflejan la dinámica geomorfológica, la frecuencia de las tormentas y la disposición de nutrientes, entre otras condiciones de su hábitat. Inclusive, una misma especie de mangle puede exhibir diversas apariencias dependiendo de las condiciones edáficas y bióticas en las cuales se encuentra[11].



Dentro y entre las especies de manglar, sutiles adaptaciones fisiológicas regulan la respuesta a la salinidad, al brillo solar, a la variable y frecuente poca disponibilidad de nutrientes, a la inundación, a la anoxia de los suelos y a la acción mareal.

Por encima de esta diversidad en fenotipos y especies, los manglares comparten ciertas características fisiológicas, morfológicas y de historia de vida que reflejan “soluciones” convergentes a “desafíos” evolutivos. Dichas características tienen importantes implicaciones en las interacciones del manglar a nivel de comunidad y puede llevar a convergencias en las propiedades a nivel de ecosistema. Por ejemplo, las características fisiológicas pueden afectar los patrones de distribución local, regional y global de las especies; la arquitectura afecta las relaciones planta – planta y planta – animal; y las historias de vida pueden determinar la velocidad y la efectividad de las respuestas de los manglares frente a disturbios[12].

A continuación se presentan brevemente las principales características fisiológicas, arquitectónicas y fisonómicas compartidas por manglares y que hacen de éstos ecosistemas algo único.

Respuesta a la salinidad: a pesar de habitar en ambientes salinos, los manglares requieren de agua dulce para vivir. Para obtener la cantidad necesaria de ésta, los manglares deben mantener en sus tejidos un potencial hídrico menor al potencial osmótico del sustrato[13]. Según Ball citado por Ellison y Farnsworth[14], existen una serie de mecanismos por los cuales los manglares logran dicho balance. La mayoría de los manglares, excluyen el cloruro de sodio y otras sales disueltas en el mar y en el agua intersticial del suelo en las raíces por medio de procesos de ultrafiltración pobremente comprendidos.[15] Los manglares así como otras plantas halófitas, acumulan los iones de cloro y sodio en vacuolas presentes en las hojas, en las cuales permanecen secuestrados lejos de los centros de metabolismo activos de la célula[16].

Algunas especies de manglar poseen glándulas en las hojas por medio de las cuales excretan el exceso de sodio[17]. Aquellas especies que no poseen glándulas pueden controlar el aumento de las concentraciones de sodio por intercambio de iones de potasio[18], expansión de las células (crecimiento de las hojas) e incremento de la suculencia foliar[19].

Fotosíntesis y uso eficiente del agua: estudios realizados a lo largo de seis géneros de mangle (Aecigeras, Avicennia, Bruguiera, Ceriops, Rhizophora y Sonneratia) sugieren que los manglares son altamente eficientes en el uso del agua, la conductancia estomática permanece baja inclusive cuando se alcanzan tasas fotosintéticas moderadas[20]. Dicha alta eficiencia, permite a los manglares transpirar, tomar agua lentamente del suelo e inclusive retardar la respuesta frente a un aumento de la salinidad alrededor de las raíces[21]. Los manglares también pueden flexibilizar la eficiencia en el uso del agua cuando se ven expuestos a incrementos en la salinidad del suelo[22] y a altas concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono[23]. La tasas fotosintéticas de los manglares tienden a saturarse a niveles de luz relativamente bajos (menos de 1000 µmol/ m2/s). Dadas las altas radiaciones de las zonas tropicales (mayores de 2000 µmol/ m2/s), las hojas de los manglares deben redistribuir el exceso de luz cuya energía de excitación puede dañar los fotosistemas. Para disipar dicha energía y prevenir la fotoinhibición, los manglares pueden producir pigmentos xantófilos en las hojas más expuestas a la radiación solar[24] y fenoles absorbentes de rayos UV[25].

Otras formas de evitar los daños ocasionados por la radiación excesiva y las elevadas temperaturas son: ajustar el ángulo de las hojas, su tamaño, área específica, tasa de recambio foliar y distribución en la planta[26].

Todas estas alternativas sugieren que aunque las hojas de los manglares luzcan superficialmente homogéneas, se presentan ciertas diferencias dentro y entre especies e individuos, las cuales tienen implicaciones sobre diversos componentes como la absorción del carbono, la evapotranspiración y el procesamiento de las hojas por consumidores al nivel de sistema.

Fitohormonas y viviparismo: poco se conoce sobre cómo las fitohormonas regulan la respuesta de los manglares al estrés. Los cambios en la acción de las fitohormonas, la reproducción de los vivíparos[27] y las inundaciones prolongadas de los propágalos durante la dispersiónpueden ser factores importantes en la evolución de las características del manglar[28].


Raíces: las raíces de los manglares se encuentran en suelos salinos, anóxicos y saturados, haciendo que la extracción de agua y nutrientes sea difícil para las plantas. Muchas especies de manglar poseen sistemas radiculares bastante elaborados, incluyendo codos, neumatóforos, raíces zancos y raíces tablones con lenticelas constituidas en gran parte por aerénquima. Estos sistemas permiten la difusión pasiva de oxígeno desde la atmósfera hacia el interior de los tejidos radiculares durante las mareas bajas.[29]








[1] Kathieresan K & Bingham M. Biology of mangroves and mangrove ecosystems. Advances in Marine Biology 2001; 40: 81 – 151.
[2] Ellison A, Farnsworth E. Mangrove Communities. En: Marine Community Ecology. Sunderland: Sinauer Associates; 2001. p. 423 – 442.
[3] Kathieresan & Bingham, Op. cit., p. 5.
[4] Ellison & Farnsworth, Op. cit. , p. 424.
[5] Kathieresan & Bingham, Op. cit. , p.5.
[6] Duke N, Meynecke J, Dittmann S, Ellison M, Anger K, Berger U, Cannicci S, Diele, Ewel, Field C, Koedam N, Lee S, Marchand C, Nordhaus I & Dahdouh-Guebas F. A world without mangroves? Science 2007; 317: 41 - 42.
[7] FAO. 2007. The World’s Mangroves 1980 – 2005: A thematic study prepared in the framework of the Global Forest Resources Assessment 2005. Roma; 2007. 89p.
[8] Kathieresan & Bingham, Op. cit., p.5.
[9] FAO, Op. cit., p. 9.
[10] Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. Informe del estado de los ambientes marinos y costeros en Colombia 2004.
[11]Ellison & Farnsworth, Op. cit. , p. 425.
[12] Íbid, Op. cit. , p. 425
[13] Naidoo 1985; Spery et al. 1988; Sternberg et al. 1997, citados por Ellison & Farnsworth 2001 Op. cit., p. 425.
[14] Ball 1996 citado por Ellison & Farnsworth, Op. cit., p. 425
[15] Scholander et al. 1962 citado por Ellison & Farnsworth, Op. cit., p. 425.
[16] Popp et al. (1993), citado por Ellison & Farnsworth, Op. cit., p. 425.
[17] Dschida et al. 1992; Fitzgerald et al. 1992 citados por Ellison & Farnsworth, Op. cit., p. 425
[18] Werner & Stelzer 1990 citados por Ellison & Farnsworth, Op. cit., p. 425
[19] Camiller & Ribi 1983; Ball 1996 citados por Ellison & Farnsworth, Op. cit., p. 425
[20] Ball 1988; Clought and Sim 1989; Cheeseman 1994; citados por Ellison & Farnsworth, Op. cit., p. 427
[21] Ball & Passioura 1993 citados por Ellison & Farnsworth, Op. cit., p. 427
[22] Ball 1996 citado por Ellison & Farnsworth, Op. cit., p. 427.
[23] Ball et al. 1997; Farnsworth et al 1996 citados por Ellison & Farnsworth, Op. cit., p. 427.
[24] Lovelock & Clough 1992 citados por Ellison & Farnsworth, Op. cit., p. 427
[25]Lovelock et al 1992 citados por Ellison & Farnsworth, Op. cit., p. 427
[26] Ball 1996; Ellison y Farnsworth 1996 citados por Ellison & Farnsworth, Op. cit., p. 427
[27] Farnsworth & Farrant 1998 citados por Ellison & Farnsworth, Op. cit., p. 427.
[28] Smith et al. 1996 citados pos Ellison & Farnsworth, Op. cit., p. 42.7.
[29] Curran 1985 citado por Ellison & Farnsworth, Op. cit., p. 427.

IMPORTANCIA DE LOS MANGARES

BIOLÓGICA

Los ecosistemas de manglar, además de ser el hábitat de numerosos mamíferos, aves, reptiles, peces, moluscos, insectos y microorganismos[1], desempeñan un importante papel en otras funciones biológicas como en el ciclo y enriquecimiento de nutrientes, en la descomposición de la hojarasca y en la cadena alimenticia[2].

Según Duke et al[3] los manglares tienen un importante papel en el ciclo del carbón dado que son sumideros de CO2 y fuentes de carbón oceánico.
Por otro lado, los ecosistemas de manglar producen grandes cantidades de hojarasca (principalmente hojas caídas, ramas y otros detritos) cuya descomposición contribuye a la producción de materia orgánica disuelta y el reciclaje de nutrientes tanto dentro del manglar como en hábitats cercanos. Los detritos orgánicos y los nutrientes potencialmente podrían enriquecer la costa marina, y finalmente, soportar recursos pesqueros. Esta puede ser especialmente importante en las aguas tropicales donde las concentraciones de nutrientes son normalmente bajas[4].

Además, los manglares contribuyen a la compleja red alimenticia y a importantes transferencias de energía. Sin embargo, todavía no es claro cómo es la afectación en el ecosistema completo. Mientras que la vegetación viva es una valiosa fuente de alimentos para insectos, crustáceos y algunos vertebrados, la mayoría de la producción de los manglares es transferida a otros niveles tróficos a través de hojarasca y detritos. Los ecosistemas de manglar producen carbono orgánico por encima de sus requerimientos el cual se aprovecha en un 40% para producción primaria neta. Sin embargo, aún se requiere mayor investigación para clarificar el papel que desempeñan estos ecosistemas en las cadenas alimenticias y en el flujo de energía a gran escala[5].

SOCIOECONÓMICA

Productos

Los manglares proporcionan a las comunidades humanas locales productos forestales como carbón, leña, madera y materiales para la construcción. Así mismo, sustentan recursos pesqueros y constituyen sitios de anidación, alimentación y reproducción de especies de importancia económica como cangrejos, camarones y moluscos[6]


Hombre lanzando una red de pesca desde un bote, Sulawesi, Indonesia. Copyright: Mangrove Action Project, Ben Brown. Tomado de: Tomado de: McLeod, E & Salm, R. Managing Mangroves for Resilience to Climate Change (2006).IUCN, Gland, Suiza. 64pp.

Según Wells et al. citados por McLeod & Salm[7], el valor económico anual de los manglares estimado por el costo de los productos y servicios que este provee, ha sido calculado en 200.000 – 900.000 dólares por hectárea. Los manglares proveen ingresos económicos por la colección de moluscos, crustáceos y peces que lo habitan, además, son cosechados para combustible, caracoles y madera. Los servicios incluyen el papel de los manglares como criadero de especies pesqueras de importancia económica, especialmente de camarones. Además, los manglares también proveen de hábitat a un gran número de moluscos, crustáceos, aves, peces, insectos, monos y reptiles.

Protección de las zonas costeras

Según Field[8], los manglares pueden proveer protección a las zonas costeras dispersando la energía generada por tempestades, oleadas y vientos fuertes[9]. En estudios realizados recientemente ha podido determinarse que los manglares, así como los ecosistemas de tierras bajas desempeñan un importante papel como barrera protectora frente a tsunamis. En un estudio preliminar realizado en la isla de Sri Lankan, afectada por el Tsunami del 26 de diciembre de 2004, se analizaron manglares con diferente grado de degradación con el fin de establecer si dichos ecosistemas realmente ofrecen o no protección frente a eventos de esta magnitud. Según Dahdough et al [10] las observaciones realizadas permitieron concluir que en aquellas zonas donde se presentaban los manglares, éstos ofrecían protección frente al tsunami, sin embargo, dicha protección variaba según la composición de cada ecosistema de manglar y el grado de intervención que presentaba antes del evento.

En zonas compuestas por verdaderas especies de manglar, aparte de algunos árboles aislados de Excoecaria agallocha L., no se evidenciaron árboles adultos desenraizados. La mayoría de las franjas de manglar cercanas a la orilla recibieron toda la energía del tsunami y fueron destruidas, pero se recuperaron rápidamente. Por ejemplo, en menos de un mes después del tsunami emergieron retoños de Nypa fruticans (una especie de palma de manglar). Otras verdaderas especies de manglar, como Sonneratia spp., la cual tiene troncos cuyos diámetros pueden alcanzar varios metros, o Rhizophora spp.y Bruguiera spp., las cuales tienen grandes apoyos o raíces zancos, permanecieron firmes frente al tsunami. Los manglares mejor conservados o aquellos protegidos por franjas de Rhizophora spp. fueron poco impactados por el tsunami. Sin embargo, los bosques con menos presencia de verdaderas especies de manglar sufrieron fuertes daños.

Los autores precitados concluyen que los ecosistemas de manglar juegan un papel fundamental en la protección frente a tormentas y otros eventos meteorológicos de gran magnitud, pero ello depende de la de la calidad de los bosques en cuestión. Además, sugieren que no sólo los manglares desempeñan un papel importante como barreras protectoras, otros ecosistemas importantes para tal fin son: las marismas, las dunas de arena de las costas y su vegetación. Finalmente, expresan que la forma como los humanos usamos, planeamos y manejamos los hábitats y paisajes puede tener profundas e indeseables consecuencia. La conversión de manglares en camaroneras, sitios turísticos, tierras dedicadas a la agricultura o para usos urbanos, ha contribuido significativamente a la pérdida de vidas humanas y otros costos, ocasionados por eventos catastróficos como el tsunami del 26 de diciembre de 2004.


[1] Field C. La restauración de ecosistemas de manglar. Okinawa: Sociedad Internacional para Ecosistemas de Manglar; 1996. 227 p.
[2] Kathieresan K & Bingham M. Biology of mangroves and mangrove ecosystems. Advances in Marine Biology 2001; 40: 81 – 151.
[3] Duke N, Meynecke J, Dittmann S, Ellison M, Anger K, Berger U, Cannicci S, Diele, Ewel, Field C, Koedam N, Lee S, Marchand C, Nordhaus I & Dahdouh-Guebas F. A world without mangroves? Science 2007; 317: 41 - 42.
[4] Kathieresan & Bingham, Op. cit., p. 4.
[5] Kathieresan & Bingham, Op. cit., p. 4.
[6] Field, Op. cit., p. 5.
[7] McLeod, E & Salm, R. Managing Mangroves for Resilience to Climate Change.2006. IUCN, Gland, Switzerland. 64pp
[8] Field, Op. cit., p. 5.
[9] Field, Op. cit., p. 5.
[10] Dahdoub-Guebas F., Jayatissa L. P., Di Nitto D., Bosire J. O., Lo Seen D. & Koedam N. (2005) How effective were mangroves as a defence against the recent tsunami? Current Biology. 15 (12): 443– 447.

CAUSAS DE LA DEGRADACIÓN

SOBREEXPLOTACIÓN Y CAMBIOS EN EL USO DEL SUELO

A pesar de la importancia de los ecosistemas de manglar, mencionada previamente, su destrucción se sigue dando a tasas alarmantemente altas. Las amenazas humanas para los manglares incluyen la sobreexplotación de los recursos forestales por las comunidades locales, la conversión a gran escala para el desarrollo de agricultura, plantaciones forestales, extracción de sal, desarrollos urbanos y de infraestructuras de diversión[1]. Sin embargo, la mayor amenaza humana para los manglares es el establecimiento de piscinas para criadero de camarones. Esta es la causa de la pérdida de un 20 – 50 % de manglares a lo largo del mundo[2]. Las proyecciones sugieren que los manglares en países en desarrollo disminuirán en otro 25% para el año 2025[3].
CAMBIO CLIMÁTICO Y AUMENTO DEL NIVEL DEL MAR

Los efectos del cambio climático sobre los manglares están relacionados con los cambios de temperatura, concentraciones de CO2, regímenes de precipitación, huracanes, tormentas y con el aumento del nivel del mar. La actividad sinérgica de estas variables sumadas a las amenazas antropogénicas, alteran la capacidad de resiliencia de los ecosistemas de manglar. A continuación se explican brevemente como amenazan cada una de éstas variables la sobrevivencia de los manglares, siguiendo el estudio realizado por McLeold & Salm[4] titulado Managing Mangroves for Resilience to Climatic Change.

Efecto de los cambios en la temperatura

Según Houghton et al.[5] desde 1880 la temperatura en la Tierra ha aumentado entre 0.6 – 0.8 °C y se proyecta que aumentará entre 2 – 6 °C para el año 2100 debido principalmente a las actividades humanas[6]. Sin embargo, según Field[7] los incrementos proyectados para la temperatura del mar y de la atmósfera no se espera que afecten negativamente los ecosistemas de manglar, dado que la tasa de cambio proyectada es considerablemente inferior que las oscilaciones diarias de temperatura en los límites del rango de distribución de estos ecosistemas.

La mayoría de los manglares producen la máxima cantidad de retoños cuando la temperatura media del aire es de 25°C y paran de producir hojas cuando la temperatura media del aire cae por debajo de 15°C[8]. A una temperatura del aire superior a 25°C algunas especies muestran una disminución en la tasa de producción foliar[9]. Temperaturas superiores a los 35°C pueden ocasionar estrés hídrico que afecta la estructura radicular de los manglares y el establecimiento de las plántulas[10]. A temperaturas foliares de 38 – 40°C, casi no ocurre fotosíntesis[11].

Algunos científicos han sugerido que los ecosistemas de manglar se moverán hacia los polos a medida que aumente la temperatura del aire[12]. Aunque es posible que algunas especies de mangle migren a latitudes más altas, Snedaker[13], sugiere que eventos de frío extremo muy probablemente limitarán dicha expansión.

Efecto de los cambios en el CO2

La concentración atmosférica de CO2 ha aumentado de 280 partes por millón (ppm) en el año 1980 a cerca de 370 ppm en el año 2000[14]. La mayoría de este CO2 resultante de los combustibles fósiles será absorbido por los océanos, afectando la química oceánica. Podía esperarse que niveles superiores de CO2 aumenten las tasas de fotosíntesis y de crecimiento de los manglares[15]. El daño de las barreras coralinas puede afectar negativamente los ecosistemas de manglar que dependen de dichas barreras como protección del oleaje.

Efectos de los cambios en la precipitación

Se cree que las tasas de precipitación aumentarán en un 25% para el año 2050 en repuesta al calentamiento global, sin embargo, a escala regional, este aumento será distribuido irregularmente[16]. Los cambios en los patrones de precipitaciones causados por el cambio climático pueden tener un gran efecto tanto en el crecimiento de los manglares como en su extensión[17]. La disminución de la precipitación ocasiona una disminución en la productividad, crecimiento y sobrevivencia de las plántulas de los manglares y puede cambiar la composición de especies favoreciendo a aquellas más tolerantes a la sal[18]. Además, una disminución en la precipitación puede ocasionar la disminución del área de extensión de los manglares y de la diversidad de los mismos[19]. Por otro lado, el incremento de la precipitación puede aumentar al área de extensión de los manglares, su diversidad y las tasas de crecimiento en algunas especies[20]. Además, un incremento en la precipitación también puede favorecer la migración de los manglares y el afloramiento de vegetación de marismas[21].

Efectos de los cambios en los huracanes y tormentas

Según el Panel Internacional de Cambio Climático, no han sido reportadas tendencias observadas en las tormentas tropicales y no hay evidencia de cambio en la frecuencia o en las áreas de formación de las tormentas, pero se predice que la intensidad de los vientos aumentará entre un 5 – 10%[22]. Sin embargo, recientemente se ha encontrado que de hecho las tormentas tropicales aumentarán en frecuencia y/o intensidad debido al cambio climático[23], convirtiéndose en una amenaza más para los ecosistemas de manglar.

Las grandes tormentas de los últimos 50 años han ocasionado mortalidad en masa en 10 manglares del Caribe[24]. Los modelos de proyecciones de los manglares del sur de Florida sugieren que un incremento en la intensidad de los huracanes en el siguiente siglo ocasionará una disminución de la altura promedio de los manglares[25].

Las mayores tormentas también pueden llevar a un cambio en la estructura de las comunidades de manglar debido a una respuesta diferencial al daño ocasionado por las tormentas. Roth, citado por McLeold & Salm, sugiere que la proporción de especies debe cambiar dado que éstas tienen diferentes tasas de regeneración.

Las proyecciones de los incrementos en la frecuencia de eventos altas aguas[26] podrían afectar la salud y la composición de los ecosistemas de manglar debido a cambios en la salinidad, el reclutamiento, la inundación y los cambios en la disponibilidad de sedimentos[27].

La inundación causada por el aumento de la precipitación y del nivel del mar puede resultar en disminución de la productividad, de la fotosíntesis y de la sobrevivencia de los manglares[28]. La inundación constante de las lenticelas en las raíces aéreas puede causar que la concentración de oxígeno en el manglar disminuya ocasionando su muerte[29]. Además, la inundación de las raíces disminuye la habilidad de las hojas de los manglares para conducir el agua y fotosintetizar[30].

Efectos de los cambios en el nivel del mar

En el último siglo, el nivel del mar ha aumentado entre 10 – 20 cm debido principalmente a la expansión térmica de los océanos y al descongelamiento de los casquetes polares, fenómenos causados por el calentamiento global. Varios modelos climáticos proyectan un acelerado aumento en el nivel del mar durante las siguientes décadas[31]. Los cambios en el nivel del mar también han sido influenciados por ajustes tectónicos e isostáticos[32]. Durante el siglo 21 se proyecta un aumento del nivel del mar entre 0.09 y 0.88 m[33].

El aumento del nivel del mar es el cambio más grande que los ecosistemas de manglar tendrán que enfrentar. Los registros geológicos indican que previamente a las fluctuaciones del nivel del mar, se han presentado tanto oportunidades como crisis para las comunidades de manglar, y éstos han sobrevivido o se han expandido en diversos refugios[34].Los manglares pueden adaptarse al aumento en el nivel del mar si este ocurre lo suficientemente despacio, si existen espacios adecuados para la expansión y si otras condiciones ambientales son propicias[35].


[1] UNEP 1994 citado por Mc Leold & Salm 2006 McLeod, E & Salm, R. Managing Mangroves for Resilience to Climate Change.2006. IUCN, Gland, Switzerland. 64pp
[2] Primavera 1997 citado por Mc Leold & Salm, Op. cit.,
[3] Ong & Khoon 2003, citados por Mc Leold & Salm 2006
[4] McLeod & Salm. Managing Mangroves for Resilience to Climate Change.2006. IUCN, Gland, Switzerland. 64pp
[5] Houghton, J., Y, Ding, D. Griggs, M. Noguer, P. van der Linden, X. Dai, K. Maskell, C. Johnson. Climate Change 2001: The Scientific Basis. Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC). Cambridge University Press, Cambridge, Reino Unido y New York, Estados Unidos. 881 p.
[6] Houghton, J., Y, Ding, D. Griggs, M. Noguer, P. van der Linden, X. Dai, K. Maskell, C. Johnson. Climate Change 2001: The Scientific Basis. Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC). Cambridge University Press, Cambridge, Reino Unido y New York, Estados Unidos. 881 p.
[7] Field C. 1995. Impacts of expected climate change on mangroves. Hydrobiologia 295 (1-3):75-81.
[8] Hutchings & Saenger 1987, citados por McLeold & Salm 2006
[9] Saenger & Moverly 1985 citados por Mc Leold salm 2006
[10] UNESCO 1992 citado por McLeold & Salm 2006
[11] Clough et al 1982; Andrews et al 1984, citados por McLeold & Salm 2006
[12] UNEP 1994; Field 1995; Ellison 2005, citados por McLeold & Salm 2006
[13] Snedaker, S. 1995. Mangroves and climate change in the Florida and Caribbean region: scenarios and hypotheses. Hydrobiologia 295: 43-49.
[14] Houghton, J., Y, Ding, D. Griggs, M. Noguer, P. van der Linden, X. Dai, K. Maskell, C. Johnson. Climate Change 2001: The Scientific Basis. Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC). Cambridge University Press, Cambridge, Reino Unido y New York, Estados Unidos. 881 p.
[15] UNEP 1994 citado por Mc Leold & Salm 2006.
[16] Houghton, J., Y, Ding, D. Griggs, M. Noguer, P. van der Linden, X. Dai, K. Maskell, C. Johnson. Climate Change 2001: The Scientific Basis. Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC). Cambridge University Press, Cambridge, Reino Unido y New York, Estados Unidos. 881 p.
[17] Field C. 1995. Impacts of expected climate change on mangroves. Hydrobiologia 295 (1-3):75-81.
[18] Ellison 2000, 2004 citado por Mc Leold & Salm 2006
[19] Snedaker, S. 1995. Mangroves and climate change in the Florida and Caribbean region: scenarios and hypotheses. Hydrobiologia 295: 43-49.
[20] Field C. 1995. Impacts of expected climate change on mangroves. Hydrobiologia 295 (1-3):75-81.
[21] Harty 2004 citado por McLeold & Salm 2006
[22] Houghton, J., Y, Ding, D. Griggs, M. Noguer, P. van der Linden, X. Dai, K. Maskell, C. Johnson. Climate Change 2001: The Scientific Basis. Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC). Cambridge University Press, Cambridge, Reino Unido y New York, Estados Unidos. 881 p.
[23] Trenberth, K. 2005. Uncertainty in hurricanes and global warming. Science 308: 1753-1754.
[24] Jiménez et al. 1985; Armentano et al. 1995 citados por Mc Leold & Salm 2006
[25] Ning et al. 2003 citados por McLeold & Salm 2006
[26] Church et al. 2001, 2004 citados por McLeold & Salm 2006
[27] Gilman et al. 2006 citados por Mc Leold & Salm 2006
[28] Ellison 2000 citado por Mc Leold & Salm 2006
[29] Ellison 2004 citado por Mc Leold and Salm 2006
[30] Naidoo 1983 citado por McLeold & Salm 2006
[31] Church et al. 2001 citado por Mc Leold & Salm 2006
[32] Kennish 2002 citado por McLeold & Salm 2006
[33] Houghton et al 2001 citado por Mc Leold & Salm 2006
[34] Field C. 1995. Impacts of expected climate change on mangroves. Hydrobiologia 295 (1-3):75-81
[35] Ellison & Stoddart 1991 citado por Mc Leold & Salm 2006.

EFECTOS DEL DETERIORO AMBIENTAL

Según Duke et al[1], con la deforestación de los bosques de manglar se pierden los servicios que estos ofrecen, entre los cuales se encuentran ser sumideros de CO2 atmosférico y una importante fuente de carbono oceánico. El soporte que los manglares ofrecen para cadenas alimenticias tanto terrestres como acuáticas puede perderse, afectando negativamente el equilibrio de los ecosistemas y las comunidades locales que se benefician de sus recursos, como los pescadores. Las comunidades locales que habitan cerca de los manglares podrían perder el acceso a fuentes de alimentos esenciales, madera, fibras, sustancias químicas y medicinas.

Según los expertos en el tema, las implicaciones totales de la pérdida de los manglares para la humanidad no se conocen completamente. El crecimiento de la presión de los desarrollos urbanos e industriales a lo largo de las costas, combinado con el cambio climático y el aumento del nivel del mar, hace urgente la necesidad de conservar, proteger y restaurar las zonas bajas mareales. Para ello son necesarias estructuras de gobierno efectivas y estrategias de educación, que permitan reversar la tendencia de la pérdida de los manglares y aseguren que las futuras generaciones puedan disfrutar de los servicios proveídos por éstos valiosos ecosistemas naturales[2].

[1] Duke N, Meynecke J, Dittmann S, Ellison M, Anger K, Berger U, Cannicci S, Diele, Ewel, Field C, Koedam N, Lee S, Marchand C, Nordhaus I & Dahdouh-Guebas F. A world without mangroves? Science 2007; 317: 41 - 42. .
[2] Duke et al, Op. cit., p. 41.

GESTION AMBIENTAL

MANEJO CON COMUNIDADES LOCALES

CONSERVACIÓN ESTRICTA

RESTAURACIÓN

Comprende todas las acciones inducidas por el hombre, tendientes a recuperar y posteriormente conservar los ecosistemas de manglar, los cuales han sido alterados o están en procesos de degradación debido a causas antrópicas o naturales (Sánchez-Páez, Ulloa-Delgado & Álvarez-León 1998).

“La restauración contempla diferentes tipos de manejo, que conducen de manera intencional a lograr una aproximación a la condición original del bosque” (Sánchez-Páez, Ulloa-Delgado & Álvarez-León 1998).

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MARCO LEGAL

Política nacional ambiental para el desarrollo sostenible de los espacios oceánicos y las zonas costeras e insulares de Colombia, 2000; otras)

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