Monday, November 24, 2008

IMPORTANCIA DE LOS MANGARES

BIOLÓGICA

Los ecosistemas de manglar, además de ser el hábitat de numerosos mamíferos, aves, reptiles, peces, moluscos, insectos y microorganismos[1], desempeñan un importante papel en otras funciones biológicas como en el ciclo y enriquecimiento de nutrientes, en la descomposición de la hojarasca y en la cadena alimenticia[2].

Según Duke et al[3] los manglares tienen un importante papel en el ciclo del carbón dado que son sumideros de CO2 y fuentes de carbón oceánico.
Por otro lado, los ecosistemas de manglar producen grandes cantidades de hojarasca (principalmente hojas caídas, ramas y otros detritos) cuya descomposición contribuye a la producción de materia orgánica disuelta y el reciclaje de nutrientes tanto dentro del manglar como en hábitats cercanos. Los detritos orgánicos y los nutrientes potencialmente podrían enriquecer la costa marina, y finalmente, soportar recursos pesqueros. Esta puede ser especialmente importante en las aguas tropicales donde las concentraciones de nutrientes son normalmente bajas[4].

Además, los manglares contribuyen a la compleja red alimenticia y a importantes transferencias de energía. Sin embargo, todavía no es claro cómo es la afectación en el ecosistema completo. Mientras que la vegetación viva es una valiosa fuente de alimentos para insectos, crustáceos y algunos vertebrados, la mayoría de la producción de los manglares es transferida a otros niveles tróficos a través de hojarasca y detritos. Los ecosistemas de manglar producen carbono orgánico por encima de sus requerimientos el cual se aprovecha en un 40% para producción primaria neta. Sin embargo, aún se requiere mayor investigación para clarificar el papel que desempeñan estos ecosistemas en las cadenas alimenticias y en el flujo de energía a gran escala[5].

SOCIOECONÓMICA

Productos

Los manglares proporcionan a las comunidades humanas locales productos forestales como carbón, leña, madera y materiales para la construcción. Así mismo, sustentan recursos pesqueros y constituyen sitios de anidación, alimentación y reproducción de especies de importancia económica como cangrejos, camarones y moluscos[6]


Hombre lanzando una red de pesca desde un bote, Sulawesi, Indonesia. Copyright: Mangrove Action Project, Ben Brown. Tomado de: Tomado de: McLeod, E & Salm, R. Managing Mangroves for Resilience to Climate Change (2006).IUCN, Gland, Suiza. 64pp.

Según Wells et al. citados por McLeod & Salm[7], el valor económico anual de los manglares estimado por el costo de los productos y servicios que este provee, ha sido calculado en 200.000 – 900.000 dólares por hectárea. Los manglares proveen ingresos económicos por la colección de moluscos, crustáceos y peces que lo habitan, además, son cosechados para combustible, caracoles y madera. Los servicios incluyen el papel de los manglares como criadero de especies pesqueras de importancia económica, especialmente de camarones. Además, los manglares también proveen de hábitat a un gran número de moluscos, crustáceos, aves, peces, insectos, monos y reptiles.

Protección de las zonas costeras

Según Field[8], los manglares pueden proveer protección a las zonas costeras dispersando la energía generada por tempestades, oleadas y vientos fuertes[9]. En estudios realizados recientemente ha podido determinarse que los manglares, así como los ecosistemas de tierras bajas desempeñan un importante papel como barrera protectora frente a tsunamis. En un estudio preliminar realizado en la isla de Sri Lankan, afectada por el Tsunami del 26 de diciembre de 2004, se analizaron manglares con diferente grado de degradación con el fin de establecer si dichos ecosistemas realmente ofrecen o no protección frente a eventos de esta magnitud. Según Dahdough et al [10] las observaciones realizadas permitieron concluir que en aquellas zonas donde se presentaban los manglares, éstos ofrecían protección frente al tsunami, sin embargo, dicha protección variaba según la composición de cada ecosistema de manglar y el grado de intervención que presentaba antes del evento.

En zonas compuestas por verdaderas especies de manglar, aparte de algunos árboles aislados de Excoecaria agallocha L., no se evidenciaron árboles adultos desenraizados. La mayoría de las franjas de manglar cercanas a la orilla recibieron toda la energía del tsunami y fueron destruidas, pero se recuperaron rápidamente. Por ejemplo, en menos de un mes después del tsunami emergieron retoños de Nypa fruticans (una especie de palma de manglar). Otras verdaderas especies de manglar, como Sonneratia spp., la cual tiene troncos cuyos diámetros pueden alcanzar varios metros, o Rhizophora spp.y Bruguiera spp., las cuales tienen grandes apoyos o raíces zancos, permanecieron firmes frente al tsunami. Los manglares mejor conservados o aquellos protegidos por franjas de Rhizophora spp. fueron poco impactados por el tsunami. Sin embargo, los bosques con menos presencia de verdaderas especies de manglar sufrieron fuertes daños.

Los autores precitados concluyen que los ecosistemas de manglar juegan un papel fundamental en la protección frente a tormentas y otros eventos meteorológicos de gran magnitud, pero ello depende de la de la calidad de los bosques en cuestión. Además, sugieren que no sólo los manglares desempeñan un papel importante como barreras protectoras, otros ecosistemas importantes para tal fin son: las marismas, las dunas de arena de las costas y su vegetación. Finalmente, expresan que la forma como los humanos usamos, planeamos y manejamos los hábitats y paisajes puede tener profundas e indeseables consecuencia. La conversión de manglares en camaroneras, sitios turísticos, tierras dedicadas a la agricultura o para usos urbanos, ha contribuido significativamente a la pérdida de vidas humanas y otros costos, ocasionados por eventos catastróficos como el tsunami del 26 de diciembre de 2004.


[1] Field C. La restauración de ecosistemas de manglar. Okinawa: Sociedad Internacional para Ecosistemas de Manglar; 1996. 227 p.
[2] Kathieresan K & Bingham M. Biology of mangroves and mangrove ecosystems. Advances in Marine Biology 2001; 40: 81 – 151.
[3] Duke N, Meynecke J, Dittmann S, Ellison M, Anger K, Berger U, Cannicci S, Diele, Ewel, Field C, Koedam N, Lee S, Marchand C, Nordhaus I & Dahdouh-Guebas F. A world without mangroves? Science 2007; 317: 41 - 42.
[4] Kathieresan & Bingham, Op. cit., p. 4.
[5] Kathieresan & Bingham, Op. cit., p. 4.
[6] Field, Op. cit., p. 5.
[7] McLeod, E & Salm, R. Managing Mangroves for Resilience to Climate Change.2006. IUCN, Gland, Switzerland. 64pp
[8] Field, Op. cit., p. 5.
[9] Field, Op. cit., p. 5.
[10] Dahdoub-Guebas F., Jayatissa L. P., Di Nitto D., Bosire J. O., Lo Seen D. & Koedam N. (2005) How effective were mangroves as a defence against the recent tsunami? Current Biology. 15 (12): 443– 447.

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